Me preguntaron qué era el amor para mí, y no supe decir qué es, pero supe decir lo que no quiero que sea.
A veces, en falta de, es más fácil saber lo que no se quiere, que saber distinguidamente lo que sí.
Sería ilógico que pida algo que hace tiempo desconozco, o por lo menos no podría pedirlo con palabras, no podría buscar una palabra que encierre un concepto tan grande y abstracto.
Entonces, viene la música,
y el amor sería algo así: