lunes, 5 de septiembre de 2011


Es esta hora, esta parte del día.
Cómo si el tiempo se detuviera por instantes para hacerme ver que respiro sola, que ya perdí la costumbre del abrazo, del beso con sentido, del mate compartido, de la charla necesaria, de los celos inconscientes.
Es esta hora, que me aprieta el pecho, genera silencios, me hace pensar, me obnubila.
Es llegar a casa queriendo que alguien me espere, que me reclame, que me cuestione, que me abrace. Que me abrace fuerte.
Es la primavera que apenas asoma, son los arboles, es el cielo,
es pensar que hace mucho,
este mismo día,
era feliz.



Hace mucho, hace tanto que ya perdí la cuenta.



*·.