sábado, 14 de agosto de 2010

Respirar

Ayer desayuné parada, mientras mi mamá me pedía que le alcanzara la toalla, mi hermana gritaba por toda la casa porque no encontraba sus zapatillas, mi papá las apuraba porque llegaba tarde a trabajar y el perro llorisqueaba por vaya a saber que cuestión que aún no logro entender. (Es realmente un desafío entender las necesidades del perro).Hoy me levanté y no había nadie. Con una sonrisa gigantona puse la música alta, preparé el más rico café de filtro (aunque es obvio que nunca me va a salir como a mamá) y me hice unas tostadas. Entre la voz hermosa de Pedro Aznar, la calma, la paz y la alegría, mi desayuno fue el mejor en todo este tiempo.
Si me pongo a pensar en ayer, hoy nunca hubiera sido posible.
Si pienso en hoy, ayer era necesario para que ahora esto tenga otro sentido.

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