martes, 2 de agosto de 2011

Hoy conocí a una chica mientras esperaba para sacar el abono estudiantil, charlamos de arquitectura, de las relaciones sociales, de los candidatos a gobernador, de los avances que hubo para la adrenoleucodistrofia y de la docencia. Me habló de su familia, de la policía, de la pelea reciente con su mejor amiga, de cuando se encontró un celular y terminó saliendo con el dueño del mismo, y de las madres que empiezan a ponerse viejas y densas -acá se explayó bastante- Me contó de lo hartante que es la suya con cuestiones facultativas y lo demandante que es con las demostraciones de afecto, de cómo su hermana volvió loca a su mamá, de cuando la mamá se divorció por primera vez, de que su primer novio tenía un amor inconciente con la mamá, de que sus amigas van a tomar mate a su casa y se quedan charlando con la mamá, y la mamá esto, y la mamá aquello, y la mamá dice, y la mamá hace, y de tantas cosas más que respectaban a lo mismo: la madre.
No se en que momento, pero me hizo el click.
El abono estudiantil es un beneficio de alta gama: 50 viajes en colectivo por treinta pe y una terapia de psicología gratis. Eso sí, asegurate ir un día que haya mucha cola, que llueva a cantaros y que quien te escuche sea una pelotuda como yo, que escucha los problemas de los otros y les busca consejos y soluciones por doquier, pero no es capaz de hacerse cargo de lo suyo.

Siempre va ser más fácil escuchar.


7 comentarios:

  1. Ayer alguien me escuchó, y la devolución fue hermosa.
    Qué bronca que haya sido él.
    Él, que hace tiempo siguió de largo como quien no quiere la cosa.

    Así que mejor sigo escuchando.

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  2. Te quiero, lu.
    Hace mucho no lo decía, así que empecé por lo importante. Me parecía tan linda la charla, hasta que dejó de serlo para convertirse en un monologo. No está buena la gente que te escupe la información. Cuando alguien que apenas me conoce me cuenta muchas cosas de su vida, y todas malas, siento eso: que la información me la está escupiendo. Se crece a través del diálogo. Aprendí que cuando me descargo de una situación, no gano tanto como cuando intercambio situaciones. Cuando lográs identificarte con alguien, con su dolor o su alegría, todo es mucho más fácil de escuchar. No escuches cualquier cosa de cualquiera. Para eso, hay una cosa que se llama psicologo y se paga.

    Te quiero lu.
    Me gusta repetir las cosas lindas
    No se escuchan muy seguido, te diste cuenta?
    Abrazo fuerte

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  3. Siempre va a ser más fácil Lu, Lucita, Lucecita. Pero qué suerte la de la chica de encontrarse con vos! Voy a ir a sacar el boleto estudiantil a Córdoba, sólo para encontrarme con vos.. Y contarme mis problemas y que vos me escuchés y me aconsejes :) Taaan linda sos! Igual, también está bueno que a veces te escuchen a vos, y que si tienen tanto para hablar, vayan a un psicólogo, no a una cola para sacar un abono. Jajaja, me salió la Macki mala de adentro.. jajaja
    Beso linda!

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  4. che que fila tan larga que hiciste, lu!!

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  5. y seguís en silencio, qué pasa?
    acá hay quien te lee, que no es lo mismo que escuchar, pero está, estoy, estamos.
    estás bien?

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  6. No subestime lo que hace, porque termina siendo egoísta, en algún punto.

    Por un lado me siento identificado, en su forma de ser.

    Saludos.

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  7. Sea en la cola del abono o en cualquier parte la historia es siempre la misma. Es una larga cadena de desahogos que nunca termina. Aún cuando uno va a un psicólogo siempre terminará contándole a alguien más lo que pasó en su última sesión como para tal vez tener una segunda opinión. Y si se trata de un desconocido/a, está será más imparcial. Pero no todo termina en escuchar. Ese receptor/a sin nombre después se encargará de hacer su descargo/desahogo en algún otro lugar. Habría que leer (si lo tiene) el blog de esa chica para ver qué dijo respecto al encuentro en la fila del abono. O tal vez ella no tiene la suerte de tener gente que la lea/escuche en un blog y por eso sale a la caza de oídos dispuestos. O desprevenidos.

    No creo que sea una pelotuda. De lo contrario yo me sentiría igual y tendría que dejar de salir y relacionarme con el mundo. Y de leer blogs como éste.

    Gracias por estar ahí.

    Y de última, como dijo Charly: Kill my mother!

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