Te quie!
[Quedamos los que puedan sonreír en medio de la muerte, en plena luz]
Vos, y tu risa-carcajada, tentadora y contagiosa, tus miradas tan demostrativas, que de a poco voy descubriendo y conociendo, tus cantos al aire y tus bailes improvisados, tu paz también. Vos y toda esa alegría que trasmitís, o ese universo de cosas que tenés ahí adentro y que me gusta tanto descubrir, para sorprenderme y para decir-me ¡Que equivocada estabas, Lucrecia!
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Algunos chamuyos