miércoles, 9 de febrero de 2011

Es ley.

Vas por la mitad de camino pero te queda un trayecto largo, tus manos cargadas a mas no poder, las bolsas que te cuelgan de los codos al meñique, tus manos acumulan sangre como para un análisis de cinco litros, y en una de esas te empieza a picar la nariz, o en su defecto, la oreja.

Estas avisado, dejá siempre un dedo disponible.

3 comentarios:

  1. Me hiciste reír muchísimo.
    Una vez estaba acostada en una "siesta" con un chico que me gustaba muchísimo. No lo quería despertar, pero me picaba horrorosamente la nariz. Mi mano izquierda estaba abajo de una mano suya, y mi mano derecha, agarrada por la libre de él. No me podía mover sin despertarlo, era imposible. Fueron los peores cinco minutos de mi vida. En eso, empezó a roncar. Ahí, empezó el minuto seis peor que los otros cinco de mi vida. Al quinto ronquido, se movió. Me rasqué la nariz y fui feliz. Qué moraleja , no?. La felicidad siempre está al alcance de la mano... aunque otros, en el momento menos oportuno, nos pongan trabas.

    Hay pocos dolores como el de una bolsa cortándote la circulación, comparto!. Gracias a Dios, todavía no me toca hacer muchas compras. Soy un verdadero desastre andante con este tema.

    Yendo a tus firmas, ¡no agarres los libros de autoayuda, desistí!. Yo, al menos, lo hago. No se me da bien el verso de la gente que tiene todas las técnicas para ser feliz y te las cuenta... ¿si les toco el timbre de la casa, encuentro la paz de la que hablan?. Hay un pesado, un pesado importante, que se llama Bernardo Stamateas, ¿lo tenés?. A ese lo detesto bastante. "Gente tóxica", se llama uno de sus libros. Y tiene una cara de pelotudo importante. No tengo nada con los cara de pelotudos, yo misma tengo una cara medio boludona, pero me sacaron de quicio algunas notas suyas que leí en revistas de consultorio médico. A lo que voy, es que la gente que escribe directamente sobre autoayuda, la gente que llama a su libro ¿Cómo ser feliz? Los cinco secretos para una vida plena, o la gente que la flashea muchísimo, escribe un libro que es exitoso y dsp saca ochenta más así y uno se pregunta verdaderamente si ese espécimen sabe usar algo más que los tiempos verbales, me parece mediocre. Porque a veces uno está mal, vos , yo , tu vecina... a veces uno está tan desesperado y necesita consuelo, y compra una de esas cosas, y es todo tan sarasa. Tan sarasa, Lu.

    Muchas veces encontré consuelo en un libro, pero no en esos. A Coehlo no le capto la intensidad, pero no te lo voy a criticar, lo leí hace muchísimo y simplemente no pegamos onda.

    La gente que más va a ayudarte es la que estuvo en tu lugar, la que te quiere, y vos misma, Lu. Vos misma también.

    Resaltaste la palabra coraje, y la verdad, la sumaste a mi vocabulario. No había notado lo linda que es fonética y significativamente.

    Te devuelvo el abrazo.
    Con una sola mano, pero bien fuerte.
    La otra la dejé libre, por si me pica la nariz.

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  2. Aunque suene anticuado o infantil, esto me hizo acordar a la canción de Miliki Cómo me pica la nariz. Lo peor es cuando se te rompen las bolsas a mitad de camino. O cuando llegas y empezas a buscar las llaves para abrir la puerta y se te cae todo y al final ni siquiera te sobra un dedo para tocar el timbre y ver si alguien te salva. Suponiendo que hay alguien en casa. Alguien que no quiso acompañarte a comprar sabiendo que ibas a volver cargado. Cargado y con el riesgo latente de que te pique la nariz...

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Algunos chamuyos